La fotografía de aves salvajes es un gran reto, una disciplina difícil con la que mucha gente llega a desesperarse, a darse por vencido y a dejarla de lado por no poder conseguir las imágenes que se propone.
Te voy a decir las claves para que tengas éxito fotografiando cada especie que te propongas.
1.- Observación
Lo ideal es ponerse un objetivo, pensar que ave en concreto queremos retratar e ir a por ella. Estudiaremos cuál es su hábitat y acudiremos donde sabemos que se mueve o haya posibilidad de que habite.
Una vez allí, sólo nos queda una cosa que hacer, observación y paciencia. Con la inseparable compañía de los prismáticos, haremos paradas de al menos media hora si el territorio a explorar es grande. Estar en silencio y lo menos expuesto es clave para poder observar la especie que buscamos. Será de gran ayuda conocernos su canto para poder identificarla más fácilmente.
Esta etapa, es sin duda la más importante para poder conseguir fotografiar a la especie. El proceso puede oscilar entre unas pocas horas y muchas jornadas si se trata de especies complicadas, como puedan ser gran parte de las aves rapaces.

2.- Conseguir que pose para nosotros
Una vez sabemos el lugar por donde se mueve, viene una parte clave que nos da muchos quebraderos de cabeza a los fotógrafos. ¿Como vamos a conseguir atraer al ave? Las aves siempre tienen predilección por algunos sitios para posarse, pueden ser rocas o ramas de algún árbol por lo general. Lo ideal, es haber hecho un buen trabajo de campo previo y haber localizado esos posaderos. Si no hemos podido dar con ellos, tendremos que pasar al plan B, atraer al ave, ya sea con comida o con reclamo sonoro. Dependerá de la especie a fotografiar el tipo de alimento que tengamos que poner. Para ello, nos informaremos de que se alimenta el ave.
Para las pequeñas y medianas aves, es ideal el uso de tenebrios o gusanos de harina, se pueden conseguir fácilmente por internet o en tiendas físicas donde venden útiles de pesca.
Para atraer a las rapaces, debemos colocar carne, lo más fácil de conseguir son las carcasas de pollo, las venden a cerca de 1€/kg y son ideales para atraer a buitres, milanos, ratoneros, aguiluchos laguneros y córvidos. Las pequeñas rapaces, como el cernícalo común, el elanio o el mochuelo, entran muy bien a los ratones. El halcón peregrino, se alimenta casi exclusivamente de aves, por lo que lo más sencillo será usar una paloma como cebo. Tanto si usamos paloma como perdiz, es muy importante que esté tratada contra la Tricomoniasis, para así no poner en peligro la vida del halcón o del ave que entre a comerla. Para las grandes rapaces ibéricas, podremos usar como cebo palomas, perdices o conejos.
Es muy importante atar el cebo al suelo, ya que la tendencia habitual de cualquier rapaz es de cogerlo y llevárselo, normalmente prefieren comer en un lugar tranquilo que ya tengan controlado.



3.- El escondite
Las aves rehúyen del ser humano por naturaleza, por lo que deberemos escondernos bien para poder retratarlas. Intentaremos ubicar nuestro escondite donde ya haya algo, es decir, dentro de un árbol o entre la vegetación sería una buena forma de disimularlo. Deberemos mimetizarlo bien y que esté integrado en el entorno, esto es esencial para que las especies no desconfíen y puedan entrar tranquilas al posadero. Las rapaces son muy recelosas así que deberemos extremar las precauciones con ellas.
Podemos usar un hide comprado, de esos que se montan en segundos, están muy bien, ocupan poco y son ligeros. Si les ponemos unas redes de camuflaje por encima y unas ramas del entorno nos quedará genial. También se pueden usar únicamente redes, con tres de ellas amarradas con pinzas a las ramas puede valer.
Montaremos el hide el día anterior a la sesión, a última hora de la tarde, así lo tendremos todo listo para la jornada fotográfica y evitaremos que los amigos de lo ajeno nos lo lleven. La distancia a la que deberemos situarnos del sujeto varía dependiendo de la especie, os pongo unos ejemplos orientativos usando un objetivo de 500mm;
Aves pequeñas: Martín pescador, petirrojo, carbonero: 4 metros
Aves medianas: Pico picapinos, abubilla: 6 metros
Rapaces pequeñas: Cernícalo, elanio, mochuelo: 8-10 metros
Rapaces medianas: Ratonero, milano, azor, águila calzada, halcón peregrino: 12 – 15 metros
Grandes rapaces: Águila real, águila perdicera, buitres: 25 metros



4.- Sesión fotográfica
Entraremos al escondite al menos media hora antes de la salida del sol, las aves madrugan y están muy activas desde el amanecer, así que estaremos en el hide con las primeras luces para tener el mayor éxito posible.
Es muy importante permanecer en absoluto silencio, las aves suelen ser silenciosas y las podemos tener posadas encima nuestro y no saberlo, el más mínimo ruido las ahuyentará.
Una vez bajen al posadero o cebo, mirarán a todos los lados con todos los sentidos alerta, se cerciorarán de que el sitio es seguro antes de comer, este momento es crítico, al menor movimiento del objetivo o “click” del obturador se irán. Por eso es recomendable no disparar fotos aún, a no ser que el sujeto esté en el encuadre y dispongamos de una cámara sin espejo que no haga ruido al disparar.
Una vez el ave comience a comer, podremos ir poco a poco disparando foto a foto si tenemos una cámara réflex con espejo. Si vemos que no se mosquea con cada “click”, podremos pasar a sacar fotos más seguidas e incluso ráfaga.

Espero que os haya gustado el artículo y os sea de gran ayuda en vuestras fotos pajareras. Si tenéis cualquier duda podéis dejar un comentario y estaré encantado de responderos.
Artículo de Iñigo Jimenez Baños.

Interesante artículo Iñigo , así como las recomendaciones y consejos que nos das.
Saludos.
Gracias Luis, me alegro que te haya gustado. Espero que puedas coger alguna idea para ponerla en práctica.
Grandes consejos! Muchas gracias por compartirlos…
Me pareceria importante en un articulo de estas caracteristicas es exponer claramente que hay una normativa muy especifica en cuanto a dar de comer (cebo vivo y muerto) a rapaces y más si hay especies protegidas en los alrededores. Las sanciones no son meramente administrativas sino penales.
Un saludo
Muchas gracias por tu comentario Rubén! Tomamos nota para ampliar la información respecto a lo que nos comentas. Un saludo
Hola Rubén, gracias por pasarte por aquí. Sin duda alguna, se necesita un permiso de la administración pertinente para poder cebar fauna salvaje. Una vez tenemos el permiso, y con toda la cautela y precaución que hace falta con las especies protegidas, se puede usar el cebo para atraerlas.